Ha pasado su buen rato desde la última vez que escribí aquí, prácticamente dos meses, que no pensé que fuera posible volver a hacerlo. Ha pasado tanto y en tan poco tiempo que el orden de las prioridades se enmaraña, volviendo la vida un poco más turbia de lo necesario.
Y sigo con Héroes del Silencio. Dice parte de una canción "... las cosas más triviales se vuelven fundamentales..." nada más cierto, pero también sucede a la inversa. Me explico. Hasta hace unos meses mi rutina diaria era fundamental: Levantarme a la hora indicada, ir por la misma ruta al trabajo, hacer las mismas cosas en el mismo orden, salir, llegar a la casa, ir al gimnasio, comer, leer y dormir. Si bien es cierto muchas de esas cosas son importantes, es uno quien las vuelve fundamentales.
Durante el embarazo de mi esposa, mi rutina cambió. Ya no había tiempo para el gimnasio, porque había que asistir al curso de preparación para el parto. Una cosa que en su momento era fundamental se volvio una trivialidad.
Nació mi hijo, y un buen número de cosas dejaron de ser fundamentales para caer en lo trivial. Ahora lo fundamental es que mi hijo tenga la atención de sus padres, se alimente, crezca y bueno, haga lo que tiene que hacer un bebé.
Me imagino que así es todo, la fundamentalidad de las cosas esta determinada por las circunstancias.
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2 comentarios:
... eliminando los moldes del azar (8)...bueno definitivamente, esa es mi pieza, y la pieza se llama OPIO.. es que es un exitazo, y es correcto, las cosas las llevamos tanto a la rutina, que hasta que no nos ocurre un cambio o algo que nos haga hacer un alto, vemos como cosas vanales, tribiales, etc, son fundamentales para uno, como dejamos de lado las cosas sin planear y expontaneas, y todo se vuelve costumbre, rutina, etc...
POr otro lado Felicidades de nuevo, por ese bebe, y pues ahora ese será tu "molde" a llenar...
Pues segun dicen, los hijos llegan a cambiar todo, literalmente todo.
Es una parte de vos y de tu esposa, camino a ser un ente independiente en algun momento.
Que bueno tener un hijo, y que bueno que genere ese cambio de prioridades, no puedo mas que pensar en todos aquellos que no contaron con la dicha de tener un papa que supiera discernir entre un antes y un despues.
Felicidades Mondra, les deseo lo mejor!
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